Cincel puntiagudo (The Breaker)
Forma: Punta afilada y cónica.
Función: máxima penetración.
El cincel puntiagudo (o punta de toro) concentra el 100 % de la energía del martillo en un solo punto. Esto crea una tensión máxima en el hormigón, lo que provoca que las grietas se extiendan hacia afuera.
Ideal para:
- Demolición general de losas de hormigón.
- Hacer agujeros iniciales en mampostería.
- Romper ladrillos duros.
Cincel plano (el controlador)
Forma: filo plano (normalmente de 20 mm a 25 mm de ancho).
Función: control direccional.
A diferencia de la punta, el cincel plano dirige la fuerza de rotura en una línea específica. Esto le permite controlar dónde se rompe el hormigón.
Ideal para:
- Bordear y definir límites antes de romper.
- Canalizar (cortar ranuras para tuberías/cables).
- Eliminar el exceso de salpicaduras de hormigón.
Cincel de pala/escalado (el eliminador)
Forma: Hoja muy ancha y plana (40 mm - 75 mm+).
Función: levantar y raspar.
La hoja ancha no sirve para romper el hormigón, sino para deslizarse a lo largo de él. Distribuye la fuerza para levantar el material de la superficie.
Ideal para:
- Quitar baldosas viejas y mortero de capa fina.
- Rascar óxido o salpicaduras de soldadura.
- Limpiar encofrados de hormigón.
¿Se pueden afilar los cinceles?
Sí. A diferencia de las brocas, que requieren una geometría compleja, los cinceles son sencillos.
Sin embargo, NO sobrecaliente la punta mientras la afila. Si la punta se vuelve azul, habrá arruinado el tratamiento térmico (templado) y el acero se volverá blando e inservible. Afile en ráfagas cortas y sumérjalas en agua con frecuencia.